Invierno alemán
hay olor a bosque
él me dice ¿no te importa que me muera?
me hace reír
casi se cae de la escalera
por apurado
casi se cae como el chico de la ciénaga
que se cayó y se mató
sí que me importa
por qué lo decís?
-y si no me mirás!
dale má!
están los trece galanes que esperan
en un dvd en el bolsillo
de la mochila
tan pequeña puede ser mi felicidad
Brad Pitt
estafador de mis buenos momentos
tan verde puede ser el bosque
de mi recuerdo en Locham
en el banco del bosque
camino a Gräfelfing
donde llorábamos vos y yo
vos buscás el mango
yo busco que mi viejo
vuelva atrás en el tiempo
que mi vida
vuelva atrás en el tiempo
oler el bosque
con el banco en el medio
entre los árboles
que todavía tienen perfume
las lágrimas se deslizan más suaves
cuando uno huele bien
como los dedos por las axilas
de nuestro hijo
que se puso talco después de lavarse
parece un bebé
tan lejos el amor
de su sonrisa infantil
el enterito celeste
tejido al crochet
y el olor del pañal meado
peinate le digo
-¿para qué?
contesta su soberbia de once años
de rollers nuevos en los pies
no sé
para mantenerte limpio
como cuando…
su mirada me devuelve las palabras al
fondo de la garganta
¡para qué?
nunca volverá a ser bebé
aunque sus axilas todavía lampiñas
parezcan afirmar lo contrario
el contestador en alemán
me trae el perfume de mi sótano
de mis sábanas
de mi bunker
madera y plumas
juventud
un retrato de mi sobrina sonriendo
con capuchita blanca
tenía meses
cuando todavía no sabía mentir
no hablaba para adentro
dar cuerda al reloj
para que atrase
volver a la cantina del Finanzamt
a romper los cincuenta platos
¿cuánto daría por no saber decir jabón en alemán?
lavate las manos las tenés sucias
de tiempo
de vida
de desdén
18.6.09
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1 comentario:
Esta poesía pertenece a Memorias de una migrante, y es la preferida de István. Un beso a él que tanta fuerza me dio para terminar de corregir el libro.
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