12.8.09

el andén de nadie


Angelillo de Toledo, el antropólogo más humilde del mundo, el poeta de otros tiempos caballerescos, me escribió hoy y mandó foto.Abajo un texto suyo.

Este soy yo, un drácula de pacotilla, un ridículo vampiro desterrado al sol que lo deslumbra, un chupasangres que quedó en soplagaitas, un infeliz tan satisfecho con las pocas gotitas de vida que logra chupar a duras penas entre las sombras que siempre son insuficientes...

La viajera de al lado lee en papel couché que ella es la más amada, son letras rosas, es corazón sobre raíles que trepitan. Estamos solos, no muchos, no es la hora principal, ahora es un tiempo irresoluto. El señor y la señora no hablan, sus ojos hacia dentro, su edad como una pátina de tristeza, su unión tan sólo soledad desgastada de dos. Y lo mismo que los aferra los desgarra... El de los auriculares y el tatuaje en el brazo es una isla. Aunque quisiera no vería las señales de ese barco que decrece y ya no está, remoto ocaso. Los monitores se empeñan en su desierto, quisieran sustituirnos. Son la proclama de los insomnes. Dylan no cesa en su llamada, persiste en su pretensión de entrar allá arriba, y llama, y llama, y llamando permanece. No sé nada de esto, sé que estoy sentado y tú te fuiste, y que aunque ellos viajan como yo, tú estás sin mí y siempre será así. Porque hay partidas sin retorno, como hay lágrimas que nunca acaban. Mi estación aún no llega pero sé que en su andén no estarás. Y Dylan llama, insiste sin moverse del umbral, mientras alguien que no conozco sube ahora, y sin mirar a nadie me deja frente a esa noche kilométrica de las tres de la tarde.

(Ángel Martín Rizaldos..tus escritos me curan)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga:
Gracias por tu apoyo y sensibilidad de siempre, gracias por la delicadeza y cariño con que me incluíste en tu blog. Gracias y ojalá que tu angustia de los últimos días encuentre descanso reposo.
Besos desde este Madrid que arde...

Danixa Laurencich dijo...

gracias belleza, seguí desplegando las alas, que te hacen un poco de viento en el agosto de Madriz