16.8.09
belleza
Llovía a la mañana.
Los pájaros volaban a favor, a veces en contra.
El cristal de una ventana con rejas era bellísimo
si no lo hubiera enturbiado
un lámpara de bajoconsumo más helada que mis pies.
No tenía ganas de llorar, sino de cantar.
Hay belleza hasta en la miseria.
Y de repente apareció. La pared con mural. Y el nido de hornero
que no habías visto.
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